Frente a la pandemia y la cuarentena que aun atravesamos en el país, quisiera compartir y recordar una nota que escribí el año pasado cuando lxs repartidorxs de Pedidos Ya lucharon por la reincorporación de más de 450 despidos, quienes hoy hacen paro y siguen luchando por mejoras en las condiciones laborales, ART, y sobre todo, por medidas de protección sanitarias contra el COVID-19.
Se las comparto para que podamos recordar cómo trabajan día a día y la realidad que atraviesa a estas personas.
La sede logística de Pedidos Ya
en Palermo fue tomada el 26 de febrero del 2019 por trabajadores y trabajadoras que
habían recibido la notificación de despido. Ese día se hicieron presentes en la
puerta del lugar junto con el Sindicado de Motociclistas, Mensajeros y
Servicios (A.SI.M.M) para obtener explicaciones y una inmediata
reincorporación. Los trabajadores aseguran haber sido despedidos sin
justificaciones y que sus telegramas eran todos fotocopiados.
“Base de Pedidos Ya tomada por
los trabajadores por despidos masivos”, “Este local contrata repartidores
precarizados”, “Basta de fraude laboral”, “Monotributo igual explotación”,
“Cadetes en huelga por sus derechos laborales”, “No caigas en la trampa de
Pedidos Ya-Glovo-Rappi-UberEats, las empresas quieren apelar a la medida del
juez en defensa de sus intereses. No quieren respetar las leyes ya existentes.
Contratan monotributistas a los cuales quedan indefensos ante cualquier
accidente”, son algunos de los mensajes que podían leerse en los carteles
pegados en la entrada.
Luna Aguilar trabajadora
despedida y parte de la comisión interna de despedidos, asegura que durante la
toma “la empresa nunca dio la cara, nunca se hizo cargo de que los despidos
eran incorrectos, nunca se hizo cargo de que las condiciones laborales no
estaban bien”. Además agrega que en esta última instancia pusieron al abogado
del sindicato para negociar por las indemnizaciones de los más de 450
despedidos luego de cuatro meses de resistencia y lucha. “Terminamos arreglando
por la indemnización de los compañeros, ya en un principio nosotros queríamos
la reincorporación porque era lo lógico, si te habían echado injustamente
necesitábamos reincorporarnos y necesitábamos trabajar. A pesar de todo durante
la toma la empresa se cuidó porque no quería que esto se haga público”.
Luna cuenta que en todo este tiempo
solo tuvieron contacto con dos medios masivos de comunicación, el resto les
cerró las puertas. Sin embargo dice que tuvieron apoyo del sindicato A.SI.M.M y
de trabajadores despedidos de Telam y Coca-Cola. La mayoría de los despedidos,
incluyendo Luna, migraron a Glovo o a Rappi, dos empresas que trabajan con la
misma modalidad y que toman a los trabajadores como monotributistas. “Desde
noviembre que Pedidos Ya viene tomando monotributistas, ahí fue cuando
empezaron a echar gente con el argumento de que había una competencia desleal
con las demás aplicaciones”, asegura Néstor, compañero de Luna de la comisión
interna de despedidos.
Los cadetes aseguran que el
consumo bajó y que por lo tanto hay menos pedidos que antes, las “horas pico”
ya no tienen la misma demanda de entregas y que a pesar de estar precarizados,
son muchos cadetes para tan poca demanda de pedidos. “Casi todos los pedidos
son por debajo de los cuarenta y cinco pesos, no tenés ningún tipo de seguro
que te brinda la empresa, la realidad es que cada vez hay menos laburo, no hay
tantos pedidos en la calle entonces hay muchísimos cadetes: hay más de diez mil
entre las aplicaciones en los cuales hay dos mil pedidos”, explica Luna.
Las condiciones laborales de los
empleados de Glovo, Rappi y Pedidos Ya son precarias. Para la empresa no son
considerados como trabajadores sino como “independientes”. Desde la comisión
interna de despedidos denuncian esta situación y piden blanquear a todos los cadetes.
Diariamente están expuestos a accidentes de tránsito, al frío y a la lluvia sin
las herramientas de seguridad necesarias, sin obra social ni ART. “Cuando
llueve vos tenés un incentivo monetario, te dicen: dale salí a repartir porque
te conviene, ganás más plata. La gente se enferma y no tienencon quién hablar.
Yo estoy en grupos de Facebook de repartidores donde todo el tiempo dicen: me
rompí la rodilla, qué hago para que Glovo me de unos días de descanso… y no
podés hacer nada porque no sos trabajador, sos un independiente. Entonces los
días que vos estás lastimado nadie te responde, y eso pasa constantemente, todos
los días un pibe accidentado”, declara Luna.
“Nosotros somos socios de ellos,
obviamente no ganamos ni la mitad de la plata que hacen por mes, no podemos
poner ningún tipo de condición sobre nuestro trabajo, no podemos exigir
absolutamente nada.Vos estás trabajando con tu celular con todo lo que eso
implica, no tenés un jefe, no tenés una cara visible de la empresa, no sabés
con quién estás hablando cuando hablás con operaciones… entonces es una
incertidumbre total, vos estás en la calle y encima prestándole atención a ese
teléfono constantemente, tenés que aceptar el pedido antes que el resto, si a
vos te suena el celular y no aceptás ese pedido, lo perdiste junto con la plata.
Entre cadetes hay una competencia para aceptarlo, para llegar a ese
restaurante, y ahí es cuando está el problema de los diez mil cadetes y los dos
mil pedidos. Porque la realidad es que si hay tantos cadetes y tan poca demanda
de pedidos, hay gente que está en la calle prestado horas a Rappi, pero que
nadie le está pagando. Ya hay más de un fallo judicial que obliga a que nos
blanqueen y nos pongan en relación de dependencia, sin embargo no están cediendo,
entonces lo único que encontramos es juntarnos, charlarlo, encontrarnos y
pensar cómo podemos hacer para que también el resto de la sociedad apoye”,
agrega Luna.
“Hubo accidentados, chicos con
epilepsia, con ataque cardíaco y la empresa ni sabía, se enteraba dos días después”,
afirma Néstor. “Nosotros no tomamos la base solo por un conflicto gremial sino
que también nos organizamos para que se regularice la situación del peligro en
el que estamos expuestos, los accidentes, los fallecidos. Tenemos un compañero
de Glovo que se accidentó, tiene una quemadura de primer grado en la pierna,
hace seis meses que no se le cicatriza, hace seis meses que no puede trabajar y
hace seis meses que no cobra un sueldo porque cobramos por viaje. Automáticamente
le cortaron la aplicación y hoy no tiene derechos, se los sacaron a todos. Este
chico no tiene nada, quedó directamente fuera del sistema”, explica Néstor.
Luna cuenta que no son los únicos
monotributistas que trabajan mediante aplicaciones, “hay un montón que van de
la mano de la uberización del trabajo, como la aplicación para pasear al perro,
la aplicación para conseguir un hotel, la aplicación para manejar tu plata. Es
la cuarta revolución industrial, que es la revolución tecnológica. Eso es lo
que estamos discutiendo junto con el sindicato. La cuarta revolución industrial
se refiere al cambio de modalidad de contrato y de trabajo y además al cambio
de las maneras en las que uno maneja sus bienes y servicios. Lo que busca esta
revolución es que todo pase a través de un celular, al pasar esto no hay un
control real sobre lo que puede pasar con tus datos, con tu información, con tu
plata. En este sentido, nosotros como monotributistas terminamos trabajando
ocho horas sin vacaciones pagas. La cuarta revolución es que mediante el
sistema de aplicaciones y el monotributismo, el sindicato de trabajadores no
pueda tener derechos. De esta manera se pierde la organización sindical y los
derechos de los trabajadores”, declara.
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“El gobierno dice que las
aplicaciones son la nueva manera laboral, en realidad es una herramienta más
del sistema que tienen los empleados, ellos te dicen que no, es la nueva era
del trabajo, lo que antes tenías es anulado, ahora es mediante la informática,
mediante el celular, computadoras y robots. El personal que va a manejar va a
ser monotributista sin derechos por despidos”, explica Néstor. “Te hacen quedar
como el malo, como que no querés progresar ni trabajar, que sos un vago.
Nosotros no estamos dispuestos que por medio de una aplicación se pierdan los
derechos laborales adquiridos. Derechos que por muchos años se pelearon y que
de repente vienen y te quieren sacar. Nosotros estamos adaptados a las
aplicaciones pero queremos que las empresas regularicen y que no echen gente.
Los derechos se van a pelear y seguir peleando. Lo que no vamos a ceder es a perderlos.
Nosotros buscamos concientizar”, agrega.
La llegada de la “uberización del
trabajo y los servicios” y la “cuarta revolución industrial” que viene de la
mano de la tecnología, es causa de la flexibilización laboral y la actual
crisis económica. Luna responsabiliza al gobierno y al contexto económico por
la llegada de estas empresas al país. “Yo creo que no existirían y no podrían
manejarse como se manejan si no estuvieran las condiciones dadas como la crisis
del trabajo que estamos viviendo, donde muchas veces hay gente profesional que
está laburando en la calle, gente que tiene muchísimo más potencial para estar
trabajando en cualquier otro lado y sin embargo tiene que estar pedaleando en la
calle. También va de la mano con un gobierno que lo permite porque nosotros
para llegar a un punto de juicio y un punto de arreglo, tuvimos que pasar un
millón de instancias en las que no solamente las empresas nos bloquearon, sino
que también el gobierno nos bloqueó”, explica Luna.
“Hay una relación muy fuerte
entre ellos porque lógicamente son las empresas que invitaron a que vengan para
acá y la realidad es que mucho tiene que ver con el contexto de migraciones, la
cantidad de gente y de jóvenes que están entrando que necesitan trabajo y no
pueden conseguirlo en ningún otro lado. El Estado está desaparecido, está completamente
ausente en este conflicto tanto como en todos los que están habiendo en el
resto del país. Estamos enfrentándonos a algo que es gigante y que el Estado de
Macri va a querer avalar y pasar porque justamente tienen todos los factores
que a ellos les gusta, son internacionales, hacen plata en dólares, están
fugando un montón de guita. Mismos los gatos, que serían los costos de mantener
al trabajador no los tienen, entonces un trabajador de Rappi es sostenido
básicamente por el cliente y por el restaurante que contratan. Rappi, Glovo o
Pedidos Ya no ponen un peso por ese trabajador, entonces las cargas sociales y
todo eso al Estado no le pesan tampoco”, dice Luna.
“La lucha es seguir hablando con
las compañeras y los compañeros, convocándonos a que traten de ver lo que es
ser un trabajador monotributista para querer ser un trabajador en blanco.
Nosotros queremos que los cadetes estén en un plantel en blanco con obra
social, ART, seguro de vida, si se accidentan que sigan cobrando el sueldo,
porque si se accidentan hoy no cobran nada”, declara Nestor. Luna dice que
mediante la organización con los demás cadetes, buscan “que los trabajadores se
consideren trabajadores, se los tenga en blanco con todas las herramientas
correspondientes, con un sueldo fijo a fin de mes, con los seguros
correspondientes, con todas las medidas de seguridad que necesitamos para
trabajar y con el reconocimiento de las empresas de la relación laboral”.