13 dic 2015

Cultura: Hoy abrazamos al Zoo de Palermo

Hace unas horas volví de abrazar al zoológico de Palermo de Buenos Aires y a pesar del calor y el sol que nos atacó por un tiempo, fue una experiencia linda y emocionante.
Por qué fui, se preguntarán...


Cuando era chiquita, me llevaban seguido a los zoológicos y de hecho me encantaba ir porque ahí estaban los animales que más me gustaban. Una vez, como niña preguntona y curiosa que era, les pregunté por qué los animales tenían esas caras y estaban ahí tras la rejas, y no en su verdadera casa, como yo los veía en los documentales. "Acá los animales están bien. Los cuidan, los alimentan y los curan si están enfermos, no pasa nada..." me decían.
Cuando crecí ya no me gustaba ir, no me podía creer el cuentito de que ellos estaban bien ahí, algo andaba mal con todo eso.
 ¿Por qué hay que pagar para ir a ver seres vivos atrapados, lejos de su hábitat natural, para divertirme? ¿Qué tiene de divertido un animal triste y encerrado?

Hace tiempo conocí a los chicos de Sin Zoo y vi que en diciembre iban a realizar el abrazo como todos los años y decidí ir, no lo dudé ni un segundo.



Hay gente que no se da cuenta, no toma conciencia, se quedan con el "ahí a los animales los cuidan bien" o directamente no les importa, por una mera cuestión cultural o comercial. Porque el llevar a los chicos al zoológico es algo que está instalado en nuestra cultura. Se los digo yo, que en la primaria nos llevaban todos los años y de hecho cuando terminé sexto grado, viajamos a Mundo Marino a ver "el show de los delfines". Todos sabemos que nadie es feliz encerrado en un lugar así y que la explotación animal por diversión existe, que en esas cárceles solo hay tristeza y egoísmo, involución e inconsciencia. 



Lo que se pidió hoy fue que el avance de la propuesta de #SinZoo en el parlamento de la Legislatura de La Ciudad, para que se cierre el zoológico y se inicie la creación de el Jardín Ecológico. Porque todos sabemos que los animales en cautiverio y que nacieron así están condenados a no volver de un día para el otro a su hábitat natural.

Fuimos más de dos mil personas hablando por los que no tienen voz, expresando por los que están presos y no hicieron nada, pidiendo por el fin de su perpetua tristeza. Nos manifestamos con un abrazo, con aplausos, con carteles... nos unimos, personas de distintos lugares y edades, por un bien en común. Fue hermoso reunirse con toda esa gente y pedir por lo mismo, fue emocionante agarrarnos las manos sin importar que el de al lado sea un desconocido. Fue hermoso luchar por ellos.



"Frente a estos nuevos paradigmas que nos va planteando la era moderna, la ciudad sigue aceptando, cada vez con menos consenso, es cierto, la existencia de un zoológico que, más allá de lo edilicio, responde a una concepción moral vetusta y obsoleta, errónea y atrasada, la del encierro de individuos (no humanos) para el lucro mediante su exhibición (...). Tengamos en cuenta que, al igual que los circos, los zoológicos están destinados a capturar la atención del público infantil, ahora bien, un espacio como el del zoo de Palermo el único mensaje que le transmite a un niño es que está bien capturar, encerrar y utilizar a “otro” como instrumento de nuestro entretenimiento. Es lo único que nos puede enseñar un Zoo (...). El avance de la ciencia y la tecnología nos ha permitido advertir que cuando vemos un león en el zoo no estamos viendo, en verdad, un león, estamos viendo a un individuo, hecho prisionero, que tiene semejanzas morfológicas con el león, pero al cual le ha sido arrebatado todo el comportamiento propio del león y, a menudo, se trata de animales enfermos, afectados por la “zoocosis” (psicosis del cautiverio), la que padecía Winner, la que padece Arturo, en Mendoza, la que padece cualquier individuo privado de su libertad (...). Así, se comprende que para que el cierre tenga lugar debe cesar ya mismo toda posibilidad de nuevos ingresos de animales, debe censarse y evaluarse a los animales que hoy habitan el zoo, recuperar y rehabilitar a aquéllos que puedan volver a la vida libre, saber cuáles no van a poder ser liberados pero sí alojados en reservas naturales o santuarios, cuáles pueden continuar su vida en predios de libertad controlada. También debemos asumir la posibilidad de que algunos individuos no puedan adaptarse a ninguna de esas situaciones, no obstante podemos evitarles el stress que les ocasiona la exhibición al público y así devolverles algo de la dignidad que les ha arrebatado la cautividad". -Extracción de la Propuesta para la creación del Jardín Ecológico y el cierre del Zoo.

Si quieren ayudar, pueden dejar su firma online acá y pueden pasar a leer acá sobre este proyecto de ley para la creación del jardín ecológico en la ciudad de Buenos Aires.

No más zoológicos.

4 comentarios:

  1. Que alegría Aylu saber que hay gente que piensa como vos! Ojala más pudiesen darse cuenta del sufrimiento que le hacemos pasar a los animales por el bienestar propio y sin el cual podríamos vivir tranquilamente, es decir, que es innecesario. El año que viene voy a estar orgullosa de cruzarte por los pasillos de Sociales :)

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  2. Hola :) increíble artículo (lo parece más que una entrada). Pienso completamente como vos y todos los que realizaron el abrazo y estate segura que voy a brindar mi firma. Detesto los zoos y detesto la crueldad animal. Tenemos que crear un mejor mundo para los animales y nosotros.
    Muchas gracias por compartir tu experiencia.
    Saludos :)
    Flavia.

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    1. Gracias Flavia :) y así es, tenemos que crear un mejor mundo para todos!

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