
Mientras espero a que se me sequen las acuarelas que pinté en mi cuaderno, me pongo a escribir algo para ustedes. En realidad estoy escribiendo lo que en un momento fue solo mío y que solo podía oír en mi cabeza.
Me fui veinte días a la costa con una amiga, mi hermana y su familia y me reencontré una vez más con uno de mis mejores amigos: el mar. ¿Sabían que amo nadar, sobre todo en el mar? ¿Y que una vez casi pierdo la vida ahí? Si no fuera porque luché contra la corriente hasta el cansancio, hoy no estaría acá escribiendo esto.
Cuando...
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