22 abr 2020

Repartidores de apps de delivery y la precarización laboral

Frente a la pandemia y la cuarentena que aun atravesamos en el país, quisiera compartir y recordar una nota que escribí el año pasado cuando lxs repartidorxs de Pedidos Ya lucharon por la reincorporación de más de 450 despidos, quienes hoy hacen paro y siguen luchando por mejoras en las condiciones laborales, ART, y sobre todo, por medidas de protección sanitarias contra el COVID-19.
Se las comparto para que podamos recordar cómo trabajan día a día y la realidad que atraviesa a estas personas.


La sede logística de Pedidos Ya en Palermo fue tomada el 26 de febrero del 2019 por trabajadores y trabajadoras que habían recibido la notificación de despido. Ese día se hicieron presentes en la puerta del lugar junto con el Sindicado de Motociclistas, Mensajeros y Servicios (A.SI.M.M) para obtener explicaciones y una inmediata reincorporación. Los trabajadores aseguran haber sido despedidos sin justificaciones y que sus telegramas eran todos fotocopiados.

“Base de Pedidos Ya tomada por los trabajadores por despidos masivos”, “Este local contrata repartidores precarizados”, “Basta de fraude laboral”, “Monotributo igual explotación”, “Cadetes en huelga por sus derechos laborales”, “No caigas en la trampa de Pedidos Ya-Glovo-Rappi-UberEats, las empresas quieren apelar a la medida del juez en defensa de sus intereses. No quieren respetar las leyes ya existentes. Contratan monotributistas a los cuales quedan indefensos ante cualquier accidente”, son algunos de los mensajes que podían leerse en los carteles pegados en la entrada.

Luna Aguilar trabajadora despedida y parte de la comisión interna de despedidos, asegura que durante la toma “la empresa nunca dio la cara, nunca se hizo cargo de que los despidos eran incorrectos, nunca se hizo cargo de que las condiciones laborales no estaban bien”. Además agrega que en esta última instancia pusieron al abogado del sindicato para negociar por las indemnizaciones de los más de 450 despedidos luego de cuatro meses de resistencia y lucha. “Terminamos arreglando por la indemnización de los compañeros, ya en un principio nosotros queríamos la reincorporación porque era lo lógico, si te habían echado injustamente necesitábamos reincorporarnos y necesitábamos trabajar. A pesar de todo durante la toma la empresa se cuidó porque no quería que esto se haga público”.

Luna cuenta que en todo este tiempo solo tuvieron contacto con dos medios masivos de comunicación, el resto les cerró las puertas. Sin embargo dice que tuvieron apoyo del sindicato A.SI.M.M y de trabajadores despedidos de Telam y Coca-Cola. La mayoría de los despedidos, incluyendo Luna, migraron a Glovo o a Rappi, dos empresas que trabajan con la misma modalidad y que toman a los trabajadores como monotributistas. “Desde noviembre que Pedidos Ya viene tomando monotributistas, ahí fue cuando empezaron a echar gente con el argumento de que había una competencia desleal con las demás aplicaciones”, asegura Néstor, compañero de Luna de la comisión interna de despedidos.

Los cadetes aseguran que el consumo bajó y que por lo tanto hay menos pedidos que antes, las “horas pico” ya no tienen la misma demanda de entregas y que a pesar de estar precarizados, son muchos cadetes para tan poca demanda de pedidos. “Casi todos los pedidos son por debajo de los cuarenta y cinco pesos, no tenés ningún tipo de seguro que te brinda la empresa, la realidad es que cada vez hay menos laburo, no hay tantos pedidos en la calle entonces hay muchísimos cadetes: hay más de diez mil entre las aplicaciones en los cuales hay dos mil pedidos”, explica Luna.

Las condiciones laborales de los empleados de Glovo, Rappi y Pedidos Ya son precarias. Para la empresa no son considerados como trabajadores sino como “independientes”. Desde la comisión interna de despedidos denuncian esta situación y piden blanquear a todos los cadetes. Diariamente están expuestos a accidentes de tránsito, al frío y a la lluvia sin las herramientas de seguridad necesarias, sin obra social ni ART. “Cuando llueve vos tenés un incentivo monetario, te dicen: dale salí a repartir porque te conviene, ganás más plata. La gente se enferma y no tienencon quién hablar. Yo estoy en grupos de Facebook de repartidores donde todo el tiempo dicen: me rompí la rodilla, qué hago para que Glovo me de unos días de descanso… y no podés hacer nada porque no sos trabajador, sos un independiente. Entonces los días que vos estás lastimado nadie te responde, y eso pasa constantemente, todos los días un pibe accidentado”, declara Luna.

“Nosotros somos socios de ellos, obviamente no ganamos ni la mitad de la plata que hacen por mes, no podemos poner ningún tipo de condición sobre nuestro trabajo, no podemos exigir absolutamente nada.Vos estás trabajando con tu celular con todo lo que eso implica, no tenés un jefe, no tenés una cara visible de la empresa, no sabés con quién estás hablando cuando hablás con operaciones… entonces es una incertidumbre total, vos estás en la calle y encima prestándole atención a ese teléfono constantemente, tenés que aceptar el pedido antes que el resto, si a vos te suena el celular y no aceptás ese pedido, lo perdiste junto con la plata. Entre cadetes hay una competencia para aceptarlo, para llegar a ese restaurante, y ahí es cuando está el problema de los diez mil cadetes y los dos mil pedidos. Porque la realidad es que si hay tantos cadetes y tan poca demanda de pedidos, hay gente que está en la calle prestado horas a Rappi, pero que nadie le está pagando. Ya hay más de un fallo judicial que obliga a que nos blanqueen y nos pongan en relación de dependencia, sin embargo no están cediendo, entonces lo único que encontramos es juntarnos, charlarlo, encontrarnos y pensar cómo podemos hacer para que también el resto de la sociedad apoye”, agrega Luna.
“Hubo accidentados, chicos con epilepsia, con ataque cardíaco y la empresa ni sabía, se enteraba dos días después”, afirma Néstor. “Nosotros no tomamos la base solo por un conflicto gremial sino que también nos organizamos para que se regularice la situación del peligro en el que estamos expuestos, los accidentes, los fallecidos. Tenemos un compañero de Glovo que se accidentó, tiene una quemadura de primer grado en la pierna, hace seis meses que no se le cicatriza, hace seis meses que no puede trabajar y hace seis meses que no cobra un sueldo porque cobramos por viaje. Automáticamente le cortaron la aplicación y hoy no tiene derechos, se los sacaron a todos. Este chico no tiene nada, quedó directamente fuera del sistema”, explica Néstor.




Luna cuenta que no son los únicos monotributistas que trabajan mediante aplicaciones, “hay un montón que van de la mano de la uberización del trabajo, como la aplicación para pasear al perro, la aplicación para conseguir un hotel, la aplicación para manejar tu plata. Es la cuarta revolución industrial, que es la revolución tecnológica. Eso es lo que estamos discutiendo junto con el sindicato. La cuarta revolución industrial se refiere al cambio de modalidad de contrato y de trabajo y además al cambio de las maneras en las que uno maneja sus bienes y servicios. Lo que busca esta revolución es que todo pase a través de un celular, al pasar esto no hay un control real sobre lo que puede pasar con tus datos, con tu información, con tu plata. En este sentido, nosotros como monotributistas terminamos trabajando ocho horas sin vacaciones pagas. La cuarta revolución es que mediante el sistema de aplicaciones y el monotributismo, el sindicato de trabajadores no pueda tener derechos. De esta manera se pierde la organización sindical y los derechos de los trabajadores”, declara.

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“El gobierno dice que las aplicaciones son la nueva manera laboral, en realidad es una herramienta más del sistema que tienen los empleados, ellos te dicen que no, es la nueva era del trabajo, lo que antes tenías es anulado, ahora es mediante la informática, mediante el celular, computadoras y robots. El personal que va a manejar va a ser monotributista sin derechos por despidos”, explica Néstor. “Te hacen quedar como el malo, como que no querés progresar ni trabajar, que sos un vago. Nosotros no estamos dispuestos que por medio de una aplicación se pierdan los derechos laborales adquiridos. Derechos que por muchos años se pelearon y que de repente vienen y te quieren sacar. Nosotros estamos adaptados a las aplicaciones pero queremos que las empresas regularicen y que no echen gente. Los derechos se van a pelear y seguir peleando. Lo que no vamos a ceder es a perderlos. Nosotros buscamos concientizar”, agrega.

La llegada de la “uberización del trabajo y los servicios” y la “cuarta revolución industrial” que viene de la mano de la tecnología, es causa de la flexibilización laboral y la actual crisis económica. Luna responsabiliza al gobierno y al contexto económico por la llegada de estas empresas al país. “Yo creo que no existirían y no podrían manejarse como se manejan si no estuvieran las condiciones dadas como la crisis del trabajo que estamos viviendo, donde muchas veces hay gente profesional que está laburando en la calle, gente que tiene muchísimo más potencial para estar trabajando en cualquier otro lado y sin embargo tiene que estar pedaleando en la calle. También va de la mano con un gobierno que lo permite porque nosotros para llegar a un punto de juicio y un punto de arreglo, tuvimos que pasar un millón de instancias en las que no solamente las empresas nos bloquearon, sino que también el gobierno nos bloqueó”, explica Luna.

“Hay una relación muy fuerte entre ellos porque lógicamente son las empresas que invitaron a que vengan para acá y la realidad es que mucho tiene que ver con el contexto de migraciones, la cantidad de gente y de jóvenes que están entrando que necesitan trabajo y no pueden conseguirlo en ningún otro lado. El Estado está desaparecido, está completamente ausente en este conflicto tanto como en todos los que están habiendo en el resto del país. Estamos enfrentándonos a algo que es gigante y que el Estado de Macri va a querer avalar y pasar porque justamente tienen todos los factores que a ellos les gusta, son internacionales, hacen plata en dólares, están fugando un montón de guita. Mismos los gatos, que serían los costos de mantener al trabajador no los tienen, entonces un trabajador de Rappi es sostenido básicamente por el cliente y por el restaurante que contratan. Rappi, Glovo o Pedidos Ya no ponen un peso por ese trabajador, entonces las cargas sociales y todo eso al Estado no le pesan tampoco”, dice Luna.

“La lucha es seguir hablando con las compañeras y los compañeros, convocándonos a que traten de ver lo que es ser un trabajador monotributista para querer ser un trabajador en blanco. Nosotros queremos que los cadetes estén en un plantel en blanco con obra social, ART, seguro de vida, si se accidentan que sigan cobrando el sueldo, porque si se accidentan hoy no cobran nada”, declara Nestor. Luna dice que mediante la organización con los demás cadetes, buscan “que los trabajadores se consideren trabajadores, se los tenga en blanco con todas las herramientas correspondientes, con un sueldo fijo a fin de mes, con los seguros correspondientes, con todas las medidas de seguridad que necesitamos para trabajar y con el reconocimiento de las empresas de la relación laboral”.

2 comentarios:

  1. Muy buena entrada.

    Un beso desde Plegarias en la Noche.

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  2. Sin ninguna duda deberían tener todos los derechos, así como todas las medidas de seguridad. Un buen artículo.

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